Información general

Aumento de las agendas corporativas de las empresas

La economía circular está recibiendo cada vez más atención tanto en el debate público como en la legislación específica que está surgiendo en varios países.  En la encuesta, 3 de cada 4 empresas dicen estar analizando o debatiendo el tema. Sin embargo, el enfoque de la adopción de la economía circular varía. Algunas ya han convertido la economía circular en el núcleo de su estrategia empresarial para crear valor económico y mitigar el impacto medioambiental. Para el 26%, está integrada en la estrategia de sostenibilidad de la empresa y para el 12,4% ya forma parte del núcleo de sus estrategias empresariales actuales. Las empresas de Europa reflejan un gran interés, ya que el 81,1% indica que la economía circular se ha debatido o analizado en su organización.

Los motores internos dominan la transición

Predominan dos impulsores de la transición a la economía circular: el ahorro de costes (65,7%) y la capacidad de apoyar y mejorar las estrategias de sostenibilidad (57,5%). Las empresas parecen estar más centradas en sus propias operaciones que en factores externos como la reputación de la marca (39,6%) y la demanda, el compromiso y la retención de los consumidores (29,6%).

Todo el potencial que tiene la transición a los modelos de negocio de la economía circular parece bastante inexplorado, hasta ahora. Sólo el 16,6% considera que las nuevas fuentes de ingresos son un motor de transición. En el futuro, las empresas que no avancen en esta dirección podrían correr el riesgo de verse superadas por empresas más innovadoras que adopten nuevos modelos de negocio y estrategias de ingresos, cambiando el paradigma y revolucionando el mercado. 

Las empresas de Europa indican una perspectiva ligeramente más externa, puntuando más alto que la media tanto la reputación de la marca (47,3% frente al 39,6%) como la demanda, el compromiso y la retención de los consumidores (36,7% frente al 29,6%). 

 

La presión reguladora es un factor menos importante  

El paso a la economía circular no parece provenir de la presión normativa. Sólo el 23,4% de las empresas lo señalan como motor de la transición. Además, son aún menos (15,4%) las que señalan las exigencias de las partes interesadas o de los inversores como motor.

Las cifras aumentan ligeramente cuando se trata de grandes empresas (más de 500 empleados). La presión reglamentaria es un factor que impulsa al 29,9% (frente al 23,4%), mientras que el 20,4% (frente al 15,4%) destaca la presión de las partes interesadas y los inversores.

Las empresas están en movimiento

Solo el 5,9% de las empresas indica estar liderando su proceso de maduración de economía circular, el 29,6% está en fase de desarrollo y el 18,6% está empezando. Más del 50% de las empresas manifiestan estar explorando o haber adoptado al menos un modelo empresarial de economía circular. Los niveles de aplicación no se investigaron como parte de esta encuesta.

En los próximos 3-5 años, aproximadamente, 1 de cada 3 empresas tiene intención de adoptar uno o más modelos, lo que pone de manifiesto su creciente relevancia. En la actualidad, los modelos más frecuentes son la recuperación de recursos (39,6%) y la prolongación de la vida útil de los productos (30,3%). En los próximos 5 años, la adopción de un suministro circular - sustituir los recursos tradicionales por otros totalmente renovables, reciclados o alternativos -  parece ser el modelo que más crecerá (41% frente al 22,6% actual). Los modelos de economía circular más recientes, como el producto como servicio y el uso compartido, parecen menos dominantes en las agendas de las empresas (17,6% y 12,5%, respectivamente). 

Las empresas europeas informan de la implantación de casi todos los modelos de negocio en porcentajes más altos. El 62,2% ya ha implantado al menos un modelo, frente al 49,4% de Asia. El panorama europeo puede estar influido por las normativas de determinados países y de la Unión Europea, por ejemplo, el Plan de Acción de Economía Circular de la UE. 

El camino hacia el éxito es complejo 

Las tres principales iniciativas adoptadas para lograr un enfoque más circular son el diseño de productos, teniendo en cuenta el impacto medioambiental y de los recursos durante todo el ciclo de vida del producto (44,4%); la creación de una cadena de suministro más sostenible (43,4%) y la ampliación de la vida útil de los productos mediante su reparación, regeneración y recuperación (42,9%).  

Sin embargo, un enfoque circular exitoso requiere la integración de múltiples aspectos y acciones. Por ejemplo, 2 de cada 3 empresas que diseñan productos, teniendo en cuenta el impacto medioambiental y de los recursos durante todo el ciclo de vida del producto, están realizando evaluaciones del ciclo de vida (ACV). El 64% de las empresas que se ha comprometido a crear una cadena de suministro sostenible, también está trabajando en el desarrollo de partnerships y estrategias con múltiples partes interesadas. Lo mismo ocurre con el 61,4% que invierte en tecnologías. 

La aplicación necesita una medición estructurada 

Las empresas que ya han implantado un modelo empresarial de economía circular tienen un enorme potencial en lo que respecta a las métricas y mediciones corporativas. Solo el 24,7% ha determinado el nivel inicial de circularidad (línea de base) antes de aplicar las iniciativas. El 29,8 % ha establecido objetivos y metas específicos, mientras que el 26,7 % ha definido indicadores de rendimiento. 

La aplicación de métricas parece estar en una fase inicial. Además, las empresas utilizan en gran medida su propio marco de medición circular (65,6%) en lugar de los desarrollados por organizaciones establecidas como la Fundación Ellen MacArthur o el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD). 

Es esencial involucrar a toda la cadena de valor 

Entre las empresas que han adoptado una iniciativa de economía circular, el 41% trabaja con los recicladores y los operadores de servicios de mantenimiento. Esto refleja el enfoque de las empresas en la recuperación de recursos y la extensión de la vida útil de los productos. El 35,7% trabaja con empresas de su cadena de suministro, el 18,1% implica a proveedores logísticos especializados (logística inversa) y el 17,1% incluye a proveedores de tecnología en sus iniciativas. 

Llegar a ser verdaderamente circular no es posible sin involucrar a toda la cadena de valor de un servicio o producto. Los departamentos de compras y los responsables de la cadena de suministro deben integrar la circularidad en sus estrategias, sistemas y proveedores para ser realmente capaces de estimular la innovación y realizar una transición circular. 

La falta de incentivos y de conocimientos supone un obstáculo 

La falta de incentivos normativos y económicos atractivos para el diseño sostenible (34,5%) y las definiciones técnicas y jurídicas comunes de los residuos y la circularidad (31,2%) encabezan la lista de obstáculos a los que se enfrentan las empresas que buscan diseñar y aplicar iniciativas de economía circular. El alto coste de las soluciones circulares, es decir, la dificultad para mantener, reutilizar o reparar, es destacado por el 30,6% de las compañías. 

Cabe mencionar que el 23,6% de las organizaciones afirma que la escasa concienciación, habilidades y capacidad dentro de la empresa es un hándicap para la transición. Sólo el 18% señala como problema la escasa concienciación y los inconvenientes percibidos por los consumidores. Esto pone de manifiesto la importancia de la transmisión de conocimientos a nivel interno en las organizaciones para tener éxito en la transición de los modelos de negocio. Además, parece que hay una laguna por cubrir en lo que respecta a los marcos técnicos, legales y reglamentarios. 

El ahorro de costes es una de las principales ventajas  

Las empresas concentran sus esfuerzos principalmente en los programas de recuperación de recursos y en la prolongación o regeneración de la vida útil de los productos. El ahorro de costes tiende a ser un beneficio típico generado por estos modelos de negocio. Esto se refleja en los resultados de la encuesta en el 57,2% de las empresas. Al profundizar en los detalles, el 62% experimentó un ahorro de costes en la gestión de residuos, el 56,8% en la adquisición de recursos y materias primas y el 45,2% en operaciones y producciones. 

Un elevado número de empresas mejoró su imagen pública y la reputación de su marca (41,1%). El 38,5% señaló la capacidad de cumplir con los requisitos legales y reglamentarios. El 32,6% obtuvo un beneficio estratégico, es decir, una ventaja competitiva, y el 21,6% pudo abrir nuevas vías de ingresos.  La capacidad de ganar cuotas de mercado y habilitar nuevas fuentes de ingresos es esencial para ampliar las iniciativas piloto, maximizar el impacto y aprovechar el potencial del modelo de negocio circular. 

Pocas empresas comunican sus resultados   

La presión sobre las empresas para que actúen de forma sostenible es importante, desde los empleados internos hasta las partes interesadas externas y los consumidores. El grado de concreción y tangibilidad de los compromisos y las acciones es objeto de constante escrutinio.  

Es interesante que el 28,3% no haya comunicado el rendimiento de un producto o iniciativa circular. Entre los que comparten, los canales corporativos parecen ser los preferidos. El 27,6% utilizó el informe de sostenibilidad corporativo, mientras que el 26,8% lo comunicó a través de la página web corporativa y/o de otros canales de comunicación institucionales.   

Sólo el 19,3% compartió a través de la etiqueta del producto. Esto podría deberse a que es más difícil demostrar la validez de las declaraciones o compartir información detallada. Las soluciones basadas en la tecnología blockchain y el etiquetado, que permiten la trazabilidad digital, pueden ayudar a las empresas a llegar a los consumidores, y ya lo están haciendo. Estas soluciones permiten a cualquiera comprobar al instante los detalles y la validez de las declaraciones de los productos. 

Los equipos deben ser multidisciplinares

Los equipos de los proyectos de economía circular están formados por competencias multidisciplinares, que se obtienen interna o externamente. Los profesionales de la estrategia participan en un 66,9% (50,6% internos; 16,3% externos), las adquisiciones en un 61,9% (45,6% internos; 16,3% externos), la sostenibilidad en un 65,7% (45,4% internos; 20,3% externos), las operaciones en un 66,5% (45,4% internos; 21,1% externos), la I+D en un 61,2% (45,2% internos; 16% externos) y la digitalización y la innovación en un 50% (29,8% internos; 20,2% externos).  

Las empresas tienden a requerir diferentes niveles y la participación de expertos en función del nivel de madurez de su modelo de economía circular. Normalmente, cuanto más avanzado esté, más participación de expertos de todas las disciplinas se requiere. Los recursos externos, especialmente en las áreas más especializadas, suelen ser relevantes en las primeras fases.   

La aplicación de soluciones digitales no está extendida 

Las empresas que implementan o tienen en consideración las soluciones digitales para apoyar sus proyectos de economía circular están explorando la gestión de la información y los datos (32,1%), las soluciones de trazabilidad y las plataformas de IoT (20,4%) y el apoyo a las decisiones empresariales (17%). La aplicación de soluciones digitales no parece demasiado extendida todavía, especialmente entre las pequeñas empresas (<100 empleados), donde el 30,1% no las aplica en absoluto.  

El 19% considera que las tecnologías digitales son un elemento facilitador y necesario para que las iniciativas sean eficaces y el 12,1% las señala como un motor clave de la transformación de la economía circular. Además, el 28,1% considera que el papel de las tecnologías digitales mejora la eficacia de las iniciativas, lo que demuestra que una transformación de la economía circular escalable requiere de un enfoque digital y basado en los datos.

El papel de un tercero puede añadir valor 

Cuando se les pregunta por el valor que las organizaciones de terceros pueden añadir a los proyectos de economía circular, el 30,9% indica que pueden ser útiles para demostrar el cumplimiento hacia los reguladores, y el 28,3% asegura que pueden servir para aumentar la confianza hacia los clientes y consumidores finales.  

Como muestran los resultados de la encuesta, la transición a la economía circular requiere de un cambio sistemático, partnerships y la participación de toda la cadena de valor. Esto incluye a los consumidores. Una tercera parte, habilitada por las nuevas tecnologías digitales, puede actuar como facilitador creando un entorno de confianza donde la innovación y la circularidad puedan prosperar.