Sistema de Gestión Medioambiental (SGMA): significado, normas, ejemplos
Dadas las crecientes exigencias normativas y sociales en materia de sostenibilidad medioambiental, es necesario un enfoque estructurado para gestionar las responsabilidades medioambientales y reducir el impacto. Los Sistemas de Gestión Medioambiental (SGMA) son cruciales para que las organizaciones alcancen estos objetivos y también ayudarán a cumplir el aspecto E de sus compromisos ESG.
Marco del Sistema de Gestión Medioambiental: significado y definición
La actividad humana puede tener graves repercusiones en el medio ambiente, y así se ha reconocido a lo largo de la historia en los intentos de controlar y regular cuestiones como el alcantarillado y la eliminación de residuos y la prevención de los efectos más nocivos de los efluentes industriales y las emisiones atmosféricas. La sostenibilidad es una consideración más reciente, pero que también hay que tener en cuenta. Los clientes y la sociedad en su conjunto juzgan cada vez más a las organizaciones por sus resultados en materia de sostenibilidad medioambiental.
En este contexto operativo más complejo, no basta con cumplir un pequeño número de leyes locales, por lo que adoptar un enfoque estructurado mediante la definición de sus ambiciones medioambientales y la implantación de un SGMA son pasos lógicos para las organizaciones. ¿Qué es un Sistema de Gestión Medioambiental? Un SGMA es un marco que ayuda a una organización a alcanzar sus objetivos medioambientales mediante la revisión, evaluación y mejora coherentes de su comportamiento medioambiental.
Como muchos otros sistemas de gestión, el marco del SGMA se basa normalmente en un ciclo Planificar-Hacer-Verificar-Actuar (PDCA), que garantiza que los aspectos medioambientales se identifiquen, controlen y supervisen sistemáticamente. El ciclo PDCA también promueve la mejora continua del sistema de gestión medioambiental.
Normas de SGMA
En primer lugar, es importante entender que las normas medioambientales y las normas del sistema de gestión medioambiental son términos distintos pero relacionados. Las normas medioambientales suelen estar prescritas en leyes locales, nacionales o internacionales que todas las organizaciones deben cumplir. Algunos ejemplos son los límites absolutos establecidos para los efluentes y la emisión de sustancias específicas, por ejemplo, toneladas/año, mg/litro, mg/m3 aire. Las normas de sistemas de gestión medioambiental no fijan tales límites, sino que proporcionan un conjunto de procesos y prácticas estructurados que permiten a una organización reducir sus impactos medioambientales identificados y mejorar su rendimiento, todo ello en condiciones controladas. Estas normas están diseñadas para proporcionar un marco para un enfoque holístico de la política, los objetivos y las acciones medioambientales.
Hay muchos organismos independientes que han elaborado normas de SGMA que pueden ser adoptadas y aplicadas por las organizaciones independientemente de su tamaño, tipo y naturaleza. Se basan en las mejores prácticas y pretenden proporcionar a las organizaciones los elementos de un SGMA eficaz que pueda integrarse con otros requisitos de gestión y ayudar a las organizaciones a alcanzar objetivos medioambientales y económicos. Dichas normas se revisan y actualizan sistemáticamente.
ISO 14001 y el Sistema de Gestión Medioambiental (SGMA)
La norma más reconocida para SGA es la ISO 14001. Está disponible en la Organización Internacional de Normalización y proporciona un enfoque estructurado para la gestión ambiental y ayuda a las organizaciones a mejorar su desempeño ambiental, cumplir con los requisitos legales y alcanzar los objetivos ambientales. La ISO 14001 proporciona un marco que una organización puede seguir, en lugar de establecer requisitos de comportamiento medioambiental. Forma parte de una familia de normas relacionadas con la gestión medioambiental que ayuda a las organizaciones a minimizar el modo en que sus operaciones afectan negativamente al medio ambiente, a cumplir las leyes, reglamentos y otros requisitos aplicables orientados al medio ambiente, y a mejorar continuamente en las áreas mencionadas.
Y lo que es más importante, también permite la certificación por terceros organismos independientes. Conseguir la certificación es a menudo una licencia para comerciar en muchas jurisdicciones e industrias. Además, permite a las organizaciones certificadas hacer público el hecho, impulsando las credenciales de la organización y aumentando su valor como socio para otras organizaciones a lo largo de la cadena de suministro.
Auditoría del SGMA, ¿por qué es importante?
Una auditoría del SGMA es un proceso sistemático, independiente y documentado para obtener pruebas de auditoría y evaluarlas objetivamente para determinar en qué medida se cumplen los criterios del SGA. Es importante porque ayuda a garantizar que el SGMA de una organización cumple los requisitos de la norma ISO 14001.
El proceso de auditoría ayuda a identificar áreas de mejora, garantizar el cumplimiento de los requisitos legales y de otro tipo, y demostrar el compromiso de una organización con la gestión medioambiental. También proporciona información valiosa sobre el funcionamiento del SGMA, lo que permite tomar mejores decisiones y planificar estratégicamente los objetivos de sostenibilidad.
Como ocurre con la mayoría de los sistemas de gestión, las auditorías se dividen en dos categorías. La primera es la auditoría interna, llevada a cabo por empleados de la organización con la formación adecuada y destinada a identificar áreas en las que los procedimientos y procesos no se estén siguiendo correctamente o en las que se puedan introducir mejoras. La segunda es la auditoría externa, llevada a cabo por un organismo certificador para garantizar que se cumplen los requisitos de una norma. Una auditoría externa satisfactoria es necesaria para la certificación inicial y, posteriormente, a intervalos regulares para mantener la certificación.
Sistema de Gestión Medioambiental: ejemplos
Las organizaciones impactan en el medio ambiente de muchas maneras y aunque puede haber algunos temas comunes en los SGMA de diferentes organizaciones, también habrá muchas diferencias. Las áreas comunes que se encuentran en la mayoría son la eficiencia energética, la reducción de residuos, la gestión de recursos y la prevención de la contaminación.
La consecución de cada uno de estos objetivos variará de una organización a otra. Por ejemplo, la eficiencia energética puede lograrse mediante el uso de iluminación LED en oficinas y fábricas o cambiando la maquinaria de producción por modelos más eficientes desde el punto de vista energético. Cambiar de proveedores por otros más cercanos puede reducir el uso de energía en el transporte y, al mismo tiempo, aportar la ventaja de reducir costes.
La reducción de residuos podría ser posible cambiando los procesos de fabricación, adoptando una estrategia de oficina sin papel o identificando otras organizaciones que podrían aprovechar los residuos del proceso. El reciclaje es otro campo en el que un SGA puede ser útil. Muchas organizaciones han abandonado los plásticos de un solo uso en favor de envases más ecológicos.
La lista de oportunidades para reducir el impacto ambiental es casi interminable. Éstas cambiarán con el tiempo debido a circunstancias cambiantes como los requisitos legislativos y los nuevos avances tecnológicos.
Las normas se revisan a intervalos regulares para garantizar que se actualizan de acuerdo con las mejores prácticas y tendencias actuales en el ámbito de la gestión medioambiental.
Lo que está claro es que el vínculo entre SGMA y ESG es muy real. Un SGMA eficaz contribuirá en gran medida a satisfacer el elemento medioambiental de los ESG y, por tanto, hará que una organización resulte más atractiva para los inversores.